miércoles, 3 de marzo de 2021

Consultor vs. Asesor

Mi primera experiencia política fue cuando asistí a una reunión con mi jefe en un hotel miraflorino con un congresista. Ellos eran cuatro representantes de un partido político y nosotros tres de una consultora en comunicaciones. Fui para involucrarme en una tarea muy puntual como asistente. La mano derecha del congresista era un analista que escuchaba y los demás participaban. Este ‘analista’ habría intervenido en la reunión seis o siete veces en casi tres horas. Al finalizar la reunión y mientras nos dirigíamos en auto a la oficina, comentábamos los ajustes a realizar en algunos temas. Mis jefes me preguntaron qué me había parecido el personal del congresista y los califiqué de ‘parlanchines’ y a su ‘secretario’ el analista, como el más ecuánime y de sangre fría. Ambos rieron y comprendiendo mi ignorancia dijeron: Es que él es consultor y los otro asesores.

La diferencia radica que el asesor se forma de manera empírica y trabaja muchas veces el día a día sin un plan a mediano y largo plazo, él solo ve lo inmediato, lo rápido. Puede ser un buen profesional en su rama, pero no cuenta con las herramientas para asesorar a otros, por supuesto que esto no es la regla, de hecho los padres de la consultoría son asesores en comunicaciones, y hoy esos conocimientos desde la experiencia son profesionalizados y optimizados por los consultores. Como toda persona, puede ser muy bueno en algo sin ni siquiera haber estudiado para eso.

‘… consultores nacionales e internacionales donde muchos de ellos no solo no tenían la experiencia en el área de comunicaciones sino que tampoco los ‘softwares’…’

El consultor es un profesional con experiencia en una rama de comunicaciones y cuenta con los medios y herramientas tecnológicas (hoy en día) para construir estrategias de corto, mediano y largo plazo. Asesor y consultor pueden ser muy exitosos, sin embargo la combinación de profesionalismo y experiencia con tecnología de datos hace que el consultor este un paso más adelante. Hace una década atrás se conformaron gremios de consultores nacionales e internacionales donde muchos de ellos no solo no tenían la experiencia en el área de comunicaciones sino que tampoco los ‘softwares’ de análisis de distintas áreas cosa que no resulta correcto ni mucho menos ético.

Existen mitos que el asesor es barato y el consultor no. Si bien es cierto el consultor cobra bien o caro, existen asesores que cobran mucho más por su experiencia. En el Perú las empresas privadas pagan muy bien a los consultores en base a resultados y tiempo de servicios. Para el asesor esto es más complicado porque no tendría como medir estos resultados desde una plataforma, además ellos trabajan con un corto periodo de tiempo por un servicio puntual que no pasa de un mes.

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Existe otro mito del porqué no se habla o se conoce a los asesores o consultores de las empresas o en este caso de los candidatos. Siempre se nos ha conocido en las sombras y hay varias películas y libros que hablan de eso, y por lo que he visto, conozco y trabajo, también es por un tema de seguridad, confidencialidad y vinculación con el partido o los candidatos. Existen contratos que te permiten brindar servicios diferentes a los que das a otros candidatos o candidatas. También hay contratos de exclusividad, pero en su mayoría siempre está presente la confidencialidad porque ambas partes se entregan a una confianza y lealtad suprema, ‘lo que pasó en campaña se queda en campaña. Además, los reflectores tienen que estar encima de tus candidatos, no de uno.

‘… estas personas no le sirven a un consultor porque parte de una premisa falsa, es como si necesitarán de un positivismo errado o de un estimulador tácito, y la política no es para soberbios ni payasos.’

Una diferencia que es un dogma, es que el asesor trabaja contigo por un pago y está siempre dispuesto a escucharte y que tú tengas la última palabra, al final eres tú quien decide y eres tú quien asume las consecuencias. El consultor no. El consultor elige con quien trabajar y con quien no, porque se tiene presente el prestigio y porque su fin no es ganar dinero rápido, sino tener un ganador o ganadora más en su vitrina. No te sirve de nada asesorar o construir a muchos candidatos si ninguno ha ganado algo o logrado un objetivo. Existe un record que nosotros los consultores tenemos presente y que es parte de nuestra reputación y prestigio. Para llegar a esto, desde la primera entrevista o acercamiento - donde la mayoría de veces el candidato busca al consultor -, desde el estrechar la mano y el lugar de encuentro uno ya está evaluando al candidato o candidata, y así reafirma el concepto que se tiene de ellos a través herramientas de análisis y valoración, tanto del perfil, el mensaje y sus intenciones políticas (buenas o malas).

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De diez entrevistas, la mitad acepta lo que el consultor les dice, es decir… su realidad como político(a) y como candidato(a) en el Perú. Varios están dispuestos a seguir trabajando con objetivos garantizando resultados favorables. La otra mitad cree el 100% de lo que creen que son y quieren escuchar: ‘vas a ser congresista’, ‘vas hacer presidente’, ‘vas hacer alcalde’, ‘no vas a perder’, estas personas no le sirven a un consultor porque parte de una premisa falsa, es como si necesitarán de un positivismo errado o de un estimulador tácito, y la política no es para soberbios ni payasos. Siempre los nuevos aspirantes están dispuestos a construirse como políticos y luego como candidatos, y a pesar que en varias oportunidades no van a estar de acuerdo con ciertas ideas o estrategias, es saludable y muy satisfactorio cuando no pierden su ‘pizca’ de idealismo.

El consultor reconoce a un buen futuro político a kilómetros, el asesor no.

Autor: Oscar Segura

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