jueves, 14 de enero de 2021

La multiplicación del mensaje

Si pensamos en el nombre de un candidato e inmediatamente se nos viene a la cabeza una idea o concepto de él o ella, este candidato está haciendo su trabajo, pero si no nos viene ni remotamente algún concepto, pues este candidato está en serios problemas.

La multiplicación del mensaje se logra a través de la estrategia única y puntual en un tiempo establecido, para que con ideas fuerza lleguen mejor al electorado de la manera más clara y convincente, de tal forma que no exista respuesta rápida, opinión contraria y crítica a este mensaje ‘emocional y racional’, construido desde la segmentación de tus públicos, sean estos que voten por ti o no. Sembrar esto en un público indeciso te ayudará a sumar votos un mes antes del día de las elecciones o el mismo día en las urnas.

El único responsable de construir este mensaje – filtrando todos los pros y contras - es el asesor o consultor del candidato, y es el candidato el primero en dar a conocer el mensaje a través de todos sus canales de comunicación en diferentes formatos, además de transmitirlo a su equipo y seguidores. Una buena idea para hacer de tu mensaje una bola de nieve de tendencia positiva y que seas un referente de ‘el mensaje’, es hacerlo revotar no solo en la prensa y redes sociales que te pueden dar o ignorar por completo, sino, hacer parte de este a personas especializadas en el tema de tu mensaje o líderes de opinión. Es una mala estrategia consultarlo primero con estas personas – y la mayoría de asesores lo hace, y echa todo a perder – porque te condiciona en el argumento o contamina el mensaje y no llega de forma óptima. Recuerda que estas personas no tienen tu segmentación, ni conocen tu estrategia, ignoran tu bigdata, además que ellos en su mayoría se dirigen a un solo público y tú te diriges a millones. Entonces cuando ya les das el mensaje hecho, solo opinarán de eso y nada más.

La construcción de un mensaje parte de una necesidad de la ciudadanía y es trasmitida de forma emocional en su totalidad. La parte fundamental del mensaje no es el contenido, sino el ‘cuándo y cómo’ lo dice el candidato. No se trata de exponer una idea de moda o tu manera de pensar o una propuesta popular que dura cinco minutos, se trata de trasmitir una solución en el momento preciso y decir lo justo y necesario con un lenguaje verbal articulado y no verbal gesticulado que resalte los beneficios (positivo) desde una problemática (negativa) social.

Es probable que los demás candidatos opinen al respecto tu mensaje. Si la construcción es buena y se sigue todos los pasos y filtros necesarios, se notará cuando los otros solo comenten y no puedan darle la vuelta a la construcción del mensaje, es ahí donde tu equipo y seguidores deben de golpear a los demás candidatos, es una oportunidad como pocas. El aprovechar la poca crítica y el silencio de los demás es oro en polvo o diamantes en bruto. Refuerza esa idea complementando con los rebotes y filtros para reafirmar la posición clara respecto a un tema con ese mensaje. No cambies nada, porque si funciona déjalo fluir. Sin darte cuenta tu mensaje ya pasó por todos los escenarios posibles en medio de la campaña activa y ya diste una paso más adelante, siendo una oportunidad de seguir trabajando por el reconocimiento (recuerdo) de tu logo, tu número -  si fuera el caso – el candidato de tu agrupación, el partido, o si eres el candidato presidencial. Es un círculo donde todos saldrán beneficiados cuando se trabaja en equipo.

Es común que muchos confundan una propuesta con un mensaje. Hoy por falta de experiencia muchos candidatos repiten como loro enjaulado para qué van al Congreso o porqué quieren ser presidente del Perú, pero eso se olvida en el imaginario de la gente sino resuelve nada, es como dar la receta de un plato de comida internacional y te faltan ingredientes y peor aún no explicas la preparación. Una propuesta puede tener dos o tres ideas claves de forma pero en un solo mensaje como formato. Cuando no se tiene en claro esto, serás una o uno más del montón y te gastarás en pelearte, en buscar votos, en inventar encuestas que votan tus amigos, familiares y seguidores o simplemente te conformarás con poco y nada.

El primer gran mensaje eres tú, y para capitalizarlo no solo debes tener presente tus colores, tu número o símbolo, más allá de eso está tu empatía, tu sonrisa, tu mirada, tu carácter, tu temperamento, ese primer mensaje que das te puede abrir las puertas para escucharte o cerrarlas para siempre ignorarte. Esto no es un concepto romántico de campaña, es una parte fundamental de la psicología electoral que seguro más adelante escribiré al respecto.   

Las elecciones populares en democracia se ganan con inteligencia no con exigencia.

Autor: Oscar Segura.


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