jueves, 14 de enero de 2021

La reforma moral del Perú

En los últimos meses pasamos de hablar de cambio de Constitución Política a la gran reforma del Estado por el bicentenario. El Estado es la nación jurídicamente organizada, y su reforma implicaría cambios sustanciales para ser de ella más eficaz en su funcionamiento.

No existe sistema o reforma si no es con valores, principios y moral, es decir, honradez y una lucha frontal contra la corrupción nacional e internacional. El Perú es como una casa en construcción, donde el primer piso nunca se termina de construir, el segundo piso esta en casco y el tercero con fierros a la intemperie. Ahí el ingeniero roba y miente, el arquitecto no trabaja y te roba por horas no trabajadas, el albañil roba los pocos fierros y ladrillos que hay, y el maestro de obra se hace de la vista gorda justificando el robo. Los únicos perjudicados son los habitantes que duermen en medio de esa casa en miseria, con hambre e impotencia. Esto es el Perú, donde el robar es parte del día a día y lo peor de todo que lo permitimos y nos acostumbramos a vivir así.

Las autoridades y políticos son empleados del pueblo, de la ama de casa, del universitario, del taxista, del bodeguero, del empresario, del CEO, del deportista, del militar y policía. Ellos son empleados públicos que tiene la tarea de administrar los recursos y gerenciar el desarrollo, no es difícil entender esto cuando tienes una verdadera vocación de servicio y haces patria siendo justo con todos, democratizando las oportunidades que todos los peruanos se merecen para tener una mejor calidad de vida y un bienestar social e individual.

Por moral y justicia deberíamos de hacer un alto en la mala construcción de esta casa llamada Perú, despedir a esta generación de delincuentes y reconocer nuestras necesidades que nos aquejan día a día, porque en toda la historia republicana del Perú los planes de gobierno son menos útiles que una servilleta en el tacho, nadie las cumple porque dicen que en un año conocen el Estado, en dos años comienzan a gobernar, y al cuarto año se dan cuenta que no hay reformas y todo está igual. En cristiano, el plan de gobierno solo es el DNI del candidato para su inscripción.

Si tenemos que priorizar nuestras necesidades como país hoy, estas serían: salud, educación, orden y seguridad, y la conexión. 

En primer lugar, la salud. Construir hospitales y que sean manejados por profesionales honestos, con una visión humana ante el dolor, la cura y la prevención. Surtir de medicinas las farmacias de hospitales y postas, para que nadie se quede sin su tratamiento y curación. Extender los horarios para que nuestros abuelos y ancianos no hagan cola desde las 4:30 am buscando cita para dentro de tres o cuatro meses, para luego ir a reclamar a la farmacia porque nunca hay medicinas. Nadie aboga por ellos, supongo que pensarán ‘como esos ancianos ya no votan en su mayoría, no importa, que se jodan’.

En segundo lugar, la educación. Construir colegios con áreas deportivas y comedor, además de laboratorios. Alimentar, uniformar y darle libros y medios tecnológicos para que tengan no solo una educación pedagógica, sino también científica y experimental. Hacer alianzas y convenios con países como Alemania, Australia, Japón y Francia. Darles una educación de habilidades blandas con talleres de convivencia.

En tercer lugar, orden y seguridad, es decir darles la autoridad, apoyo y respaldo a la Policía Nacional del Perú como a las Fuerzas Armadas, para que hagan una lucha frontal a la delincuencia común y agravada, mafias y narcoterroristas. En primer lugar, limpiar todas las cárceles a nivel nacional que es donde operan los cabecillas así como también reubicarlos. Que las Fuerzas Armadas tomen un papel activo de prevención delictiva en lugares y sitios estratégicos de convulsión. Que la Policía Nacional del Perú, haga batidas en los lugares más rojos del mapa delictivo. Que cada comisaría tenga un fiscal y juez de turno, para que el delincuente sea juzgado y condenado con pruebas en menos de 24 horas. Poner penas severas con un mínimo de cárcel de cinco años para delitos comunes y agravados veinticinco años. Crear una unidad élite de fuerzas combinadas para hacer frente a la trata de personas, secuestros y extorsión. Si los delincuentes tienen un arma la policía debe tener cinco, si los narcoterroristas tienen dos granadas, las Fuerzas Armadas que tengan diez.

En cuarto lugar, la conexión. Si queremos un verdadero Tratado de Libre Comercio Interno (TLCI) para promover el turismo y comercio, necesitamos vías. Construir autopistas, carreteras y una vía de trenes a nivel nacional. Necesitamos unir al país de manera estratégica y bien planificada a través de un plan matriz donde en el Acuerdo Nacional – que solo sirve para darse la mano – cada gobierno se comprometa a seguir ese plan.

Mientras se gestiona estos cuatro puntos a todo nivel, a su vez formalizar la informalidad, a través de la SUNAT, Ministerio de Trabajo, Ministerio de Economía y Finanzas, para que ese mercado comience a tributar de manera responsable y justa. Con beneficios tributarios en los primeros dos años y una capacitación de parte de la SUNAT. Invertir primero en el Perú, agro, minería e infraestructura, en ese orden. Reformar todo el sistema de pensiones AFPs y ONP. Supervisar a bancos y cajas para que no cometan usura. Refundar la SUNAFIL con gente capacitada y honesta.

Si queremos que el Perú goce de buena reputación en calidad de vida debe ser tratada como una empresa, que se fije objetivos a corto y largo plazo, medible en resultados y para esto habrá que eliminar ministerios y otros reestructurarlos con una reingeniería desde el personal, funcionalidad y cobertura. Es imposible que mientan a la población cuando indican que se necesita de seis a doce meses para conocer el funcionamiento de un ministerio, supongo que el responsable debe tener algún retraso mental. Exigen para trabajar en el Estado como si fuera una transnacional con sueldos altos, y cuando están en el cargo no saben hacer nada en la cancha y contratan ‘a propósito’ consultorías para que hagan su trabajo, eso es una burla y un robo.

El Perú es un país pobre, donde no hay agua, desagüe y alcantarillado. Hay ciudades donde no tienen luz, ni posta, ni colegio, donde el gobierno de turno no se hace presente, y para conseguir alimentos tienen que hacer malabares. ¿En qué momento creímos la mentira que en el Perú hay desarrollo y el país está de moda? Cuando solo nos conocen por Cuzco, el Misti y nuestra comida. Los indicadores económicos internacionales marcan a las transnacionales, y sí, son empresas privadas que muchas de ellas no pagan impuestos, y no solo eso, exigen – no piden – exigen beneficios tributarios porque dan trabajo, informal claro, porque poner en planilla es carísimo y no conviene. Donde los propios políticos suben sus sueldos con la excusa que si ganan poco van a robar o ser tentados a coimear o se irán a las empresas privadas que tanto les hace falta y es la llamada: ‘fuga de talentos’, esto debería ser la mentira más grande del bicentenario, ¿qué, cómo y cuándo han hecho algo por el Perú?, ¿qué resultados y logros han alcanzado?, ¿qué empresas los están persiguiendo? Si se habla de vocación al servicio de la patria, se debería ganar mucho menos que lo que ganan hoy, y si no les gusta se pueden ir al sector privado, porque hay millones de peruanos también preparados y dispuestos a ensuciarse los zapatos para hacer patria y ganar lo justo, porque el Perú es pobre y el sueldo mínimo es de S/. 930.00.

Para lograr una reforma del Estado se necesita moral, transparencia y honradez, no se necesitan más leyes o una nueva constitución, se necesita gente capaz de gobernar, ser líder y ejemplo de cercanía y empatía. Donde la palabra corrupción sea peor que ‘zamparte la madre’. Y si nos reconocemos como un país corrupto necesitamos una buena cura, como separar a todo funcionario que tenga indicios de actos de corrupción por el tiempo de un año que será el tiempo suficiente para establecer su culpabilidad y condena o inocencia. Si se demuestra actos de corrupción su condena debería ser de 50 años de cárcel efectiva y la expulsión del sector público de por vida. No existen las políticas anticorrupción cuando es el corrupto quien las hace, ya que el mentado control interno nunca tiene resultados y la Contraloría General de la República sirve para ensuciar a su adversario y tapar el robo a sus amigos.

¿Cuándo se jodió el Perú? El Perú nació jodido y todos los días lo jodemos más, pero con moral y honradez eso puede cambiar.

Autor: Oscar Segura.

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